El jefe de gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, reconoció que la industria editorial atraviesa “un momento complejo” y que “dar una mano es vital”. “Un libro es una maravilla escrita, pero toma dimensión real cuando sus hojas se abren. Nadie es el mismo después de leer un libro”, afirmó Macri y anunció que la ciudad tendrá una Bienal de Historietas y un Festival de la Luz. Después de los funcionarios, llegó el turno de Sasturain, con un extenso y exquisito discurso en el que reflexionó sobre la vergüenza, entre otras cuestiones literarias y políticas. “Mientras sintamos vergüenza habrá esperanza para todos”, concluyó el escritor. Entonces un grupo de escritores, entre los que estaban Liliana Heker, Guillermo Martínez, Claudia Piñeiro, Sergio Olguín, Selva Almada y Enzo Maqueira, entre otros, levantaron una suerte de pequeña réplica del monumento de Bayer.
“Subir la cara de Bayer nos pareció el acto político más contundente que podíamos hacer y que sintetiza lo que nos pasa a muchos con respecto a las políticas culturales de este gobierno. El gobierno desmantela y nosotros volvemos a traer a escena eso que desmantela”, declaró Claudia Piñeiro a Página/12. “Esta es una feria del libro y Bayer es un autor para muchos de nosotros insoslayable, que representa no solamente muchas cosas para la literatura, sino también para los derechos humanos y la política argentina. Acá no es una cuestión de partidismo, sino que la figura de un gran escritor que ha sido dada de baja por los funcionarios del gobierno actual es reivindicada por los escritores”.
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